Sin saber cuándo ni cómo, Vera perdió el paso: está varada. Por eso se separa y acepta un trabajo que le permitirá marcharse de Madrid por un tiempo: escribir los epígrafes de un libro de fotografías de un argentino muerto en la Guerra Civil. Presiente el cáncer antes de ver la foto de la mujer muerta con un boquete en el pecho, la amada fantasmal de esa carta del pasado que Vera lee como si fuera destinada a ella. Ni la masteoctomía que sufre en Buenos Aires podrá detenerla. Vera persigue hasta la Patagonia a la prostituta asesinada junto a una ballena y al fotógrafo que huye de una historia de amor de otros tiempos, que es el preludio de su propio encuentro con un desconocido en la misma cama de burdel en la que los protagonistas de su novela juraron no enamorarse nunca. Setenta años después de la primer varadura, la misma ballena vuelve a la playa a morir. Sola en el fin del mundo, Vera baila un tango con la muerte, se despide de la que fue y sepulta el pasado en las profundidades del mar.
miércoles, 3 de febrero de 2010
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